Muerde cada verso que me consume, saborea la identidad que descubre mi pecho, dame un génesis de respiro, mátame y hazme renacer. Muérdeme con furia natural, escarba en silencio como águila al acecho. Ataca mis heridas como un animal.
Consume mi germen, mata lo imperfecto de mi ser, Muerde mi vicio y purifica el llanto en menguante de cada anochecer.
Silencio cuando se abre la tierra buscando el aire estancado en los manantiales de tu sexo, acelerada la caricia del aire que encarnece, con cada espera, con cada motivo sensual que delante tus ojos se desnude un pretexto.
Muerde los anhelos en soledad, desiste de sacudir tus labios a distancia. Muerde sin pudor la castidad.
Escondida te ásperas, sin filtros de amor, astilla tu voz y ante mi destierra tu arrogancia.
Muerde la sobriedad de mi desnudo, sacrifica el llanto que te conforta la traición y duerme embriaguecita con los licores de mi mundo. No forjes con torpeza la agonía de la traición buscando ante mis ojos tan grande escudo; pues de ti, los besos es lo único que escondo.
Muérdeme sostenida por correas de musas, amárrame en bellezas que sepan a la sal del sudor. Muerde y sostén el deseo para que tus labios besen palabras de amor.
1 comentario:
¡Muy buena y sensual, Felipe! Ahora a publicar en la comunidad POETAS INOLVIDABLES,eh? Un abrazo
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